Antes que nada, necesito demostrar mi emoción por haber logrado hacer un segundo comentario sin tener que iniciar un tercer blog: yuju.
Esto es una petición -de la que puede que me arrepienta- a todos los camioneros que leen este blog (veamos... dejándome llevar por mis prejuicios, diría que no será más del 2% de los visitantes, y si a eso le añadimos que aún no ha entrado nadie en este blog... el 2% de cero es... 100 es a cero como 2 es a x... Creo que mi petición no va a surtir efecto).
En cualquier caso, la dejo aquí por si algún camionero entra por casualidad, y decide llevar el tema a su siguiente junta de camioneros (es una cuestión que no se comenta mucho, pero creo que es innegable que se trata de una secta: todos visten igual, hablan igual, hacen las mismas cosas, y escogen las mismas estaciones de servicio para hacer sus paradas. ¿Coincidencia? No lo creo).
El caso es que todos los veranos tiene lugar la misma circunstancia. Mientras voy conduciendo camino al trabajo, por la carretera de Madrid que está más de moda entre los camiones, algún camionero al que adelanto o del que paso al lado, me pita (hay distintas variantes: dos pitidos cortos -pi-pi-, un pitido y luces -pi-... pla-pla-...-pla-pla-, etc.). Mi reacción instintiva (debe de ser algo intrínseco, que se pasa de generación conductora en generación conductora) es pensar que le pasa algo a mi coche y que me intentan avisar. Miro por los retrovisores a ver si una columna de humo negro sale por el culito de mi pantera azul, cierro los ojos intentando agudizar el resto de sentidos, para detectar si se me ha pinchado una rueda, miro que la puerta del copiloto esté bien cerrada y no a punto de abrirse con el viento y ser arrancada de cuajo,... Se me ocurre también que se me haya descolgado un faro, o que lleve un golpe aterrador en algún lado, y me entran ganas de girar bruscamente y pararme en el arcén para comprobarlo. Pero decido que no voy a solucionarlo en el arcén (siempre me olvido de coger el martillo para arreglar los golpes y el soplete), y sigo elucubrando otros posibles motivos. Tal vez haya adelantado muy pegada, o él fuera a meterse en mi carril y no le he dejado sin darme cuenta, ... Y entonces me viene una luz. "Un momento... Esta vez también era un camionero el que te ha pitado. ¿Por qué siempre te avisan de algo grave los camioneros? ¿Y por qué siempre en verano?" Tirando del hilo y siguiendo pistas, creo haber encontrado el por qué: llevo escote. (Seguro que el resto de mujeres que vais en coche por sitios con camiones, ya habías deducido por qué os pitaban. Podíais habérmelo dicho...)
Agradezco su intención, sres. camioneros, pero, por favor, teniendo en cuenta lo obsesiva y ligeramente paranoica que soy, me asusto cuando me pitan, así que les rogaría que lo sustituyeran por algún gesto obsceno que pueda ver a través de mi retrovisor, o por algún comentario soez desde su ventanilla.
Como decía al principio, puede que me arrepienta de esta petición porque el KuKluxKlaxon decida, en sus reuniones secretas, dejarme sin sus muestras de aprecio, como castigo a mi ingratitud, y que sin ello mi autoestima se resienta. Pero es que me ataca, y siempre me quedo con la duda de si no me habrán pitado porque he hecho algo mal sin darme cuenta.
jueves, 30 de agosto de 2007
Petición
Así habló almadecántaro a las 9:10
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1 comentario:
Bienvenida al mundo blogger...espero leer más cosas tuyas por aquí siempre y cuando la A.C.C.U. (Asociación de Camioneros en Celo Unidos) te lo permita... ¿Habrá un lobby de Camioneros, Albañiles y Alicatadores de baños?... Pelos de punta de solo pensarlo...¿tendrán ceremonias de iniciación?¿se reconocerán por la calle con señales que los demás desconocemos?Está nuestro pequeño mundo en peligro?
;-P
Mil besos pequeños
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